América Latina pierde atractivo
América Latina pierde encanto. La caída del precio de las materias primas y las desavenencias económicas, principalmente en los países del sur, han dejado una herida en la zona. La Inversión Extranjera Directa (IED) derramada en el subcontinente ha caído un 9,1% en 2015, hasta llegar a los 179.100 millones de dólares (unos 160.000 millones de euros), el nivel más bajo desde 2010, de acuerdo con la Cepal. Este año la mala racha continúa. El organismo regional prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) latinoamericano caiga un 0,6% y como consecuencia el flujo de recursos foráneos se desplomará al menos un 8%.
El protagonismo que tuvo la región durante la última década se ha desvanecido. Los inversores han dado un golpe de timón en busca de mares menos agitados, en medio de un contexto internacional de bajo crecimiento y fuerte incertidumbre global. En 2015, los flujos de IED en el mundo crecieron un 36% (hasta llegar a los 1,73 billones de dólares), según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo. La mayor parte de esos recursos (54,1%) fueron a parar a países industrializados. Entre las regiones en desarrollo, África fue la zona en donde se presentó la mayor contracción de inversiones con una bajada del 31%, detrás se ubicó América Latina, en donde se dibujan algunos claroscuros.
El desplome de la IED en Latinoamérica se concentró en las economías productoras de materias primas: petróleo, minerales y productos agrícolas. Brasil (que acaparó el 42% en 2015) tuvo una caída de inversiones del 23%. Colombia y Uruguay presentaron una bajada del 26% y 25%, respectivamente. En Perú, Bolivia y Chile el descenso fue menor, pero aún así evidencia el final del ciclo de los productos básicos.
« Nada dura para siempre », sentencia Ramón Aracena, economista en jefe para América Latina del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés). El experto indica que el término de la bonanza de los commodities ha tenido impacto en la rentabilidad de las empresas y ante esta disyuntiva, los inversores han cambiado de rumbo. De acuerdo con la Cepal, la renta de la IED (los beneficios obtenidos por el stock de capital) en toda la zona alcanzó su máximo en 2011, por encima del 9%. Desde esa fecha, la rentabilidad ha venido descendiendo hasta llegar al 5%, su nivel más bajo en los últimos 13 años.
« En un escenario en que el monto de la renta de la IED se está reduciendo, las empresas transnacionales tienen, por lo menos, dos opciones: o reinvierten una menor proporción de los beneficios o remiten menos ganancias », dice la Cepal. « En América Latina y el Caribe se observa que la tasa de reinversión está disminuyendo, lo que puede ser negativo para las economías receptoras », detalla el organismo.
Estados Unidos sigue manteniendo su hegemonía en América Latina. Las empresas de la primera potencia del mundo fueron responsables del 25,9% de los desembolsos en IED en la región en 2015. Los Países Bajos están en segunda posición con un 15%, ya que muchas compañías transnacionales establecen filiales aprovechando sus ventajas fiscales para, desde ahí, invertir en terceros países.
La compleja situación política y económica en Venezuela parece no haber pasado factura hasta el momento. A pesar de que algunas empresas extranjeras, principalmente en el sector manufacturero, comienzan a abandonar el país ante la falta de materias primas, China ha puesto la mira en este mercado. Con cifras al tercer trimestre de 2015, tuvo un crecimiento anual del 153%.
En el caso de Argentina, las inversiones llegaron a 11.655 millones de dólares, un 130% más. Este crecimiento se debe a que finalmente se contabilizó́ en las cifras de 2014 la nacionalización del 51% de la petrolera YPF, realizada en 2012, que implicó una desinversión cercana a los 6.000 millones de dólares. Por su parte, México (con una cuota del 17% en la atracción de IED en la región) tuvo un crecimiento del 18% en el flujo de recursos, que ascendieron a los 30.285 millones de dólares, uno de los niveles más altos en siete años, por el impulso de la industria del automóvil y las telecomunicaciones.
« La IED solo fluye hacia mercados que tienen un gran potencial presente y sobre todo futuro, lo cual tiene mucho que ver con la capacidad de sus Gobiernos para hacer cambios estructurales, tener disciplina económica, transparencia y respeto a los derechos de propiedad, que crean un atractivo para la inversión », argumenta Alfredo Coutiño, director para América Latina de la agencia Moody´s. Para Coutiño, el consumo también representa un potencial de atracción, a medida de que las economías se abran más a la competencia internacional. « El sector bancario continúa siendo una actividad con alta concentración de mercado, por lo que su atractivo depende de que los Gobiernos estén dispuestos a permitir una mayor competencia », recala.
Juan Ruiz, economista jefe del BBVA Research para la región, explica que a pesar de todo América Latina se mantendrá competitiva en la explotación de materias primas, incluyendo energía, minerales y alimentos. « Esos sectores seguirán siendo clave para las exportaciones y una fuente importante de ingresos », resalta. Aracena, del IIF, indica que los datos negativos en la IED tocarán fondo al cierre de este año. « Espero que en 2017, la economía, en especial la brasileña, pueda mostrar signos de recuperación, hacia la segunda mitad del año, y con ello las inversiones », asegura. A pesar de ello, Coutiño arguye que Latinoamérica enfrenta un problema exógeno: la amenaza mundial de desaceleración o incluso recesión, lo que podría hacer cambiar de rumbo a las empresas.
19/06 – Óscar Granados – http://internacional.elpais.com